viernes, 25 de marzo de 2011

Estados Límite de Servicio de los Elementos de Contención.


En los elementos de contención deben considerarse al menos los siguientes estados límite:

a) movimientos o deformaciones de la estructura de contención o de sus elementos de sujeción que puedan causar el colapso o afectar a la apariencia o al uso eficiente de la estructura, de las estructuras cercanas o de los servicios próximos;
b) infiltración de agua no admisible a través o por debajo del elemento de contención;
c) afección a la situación del agua freática en el entorno con repercusión sobre edificios o bienes próximos o sobre la propia obra.

Los valores de cálculo de las presiones de tierras en estados límite de servicio se obtendrán considerando valores característicos de todos los parámetros del suelo.

Se considerarán en cada caso los valores característicos de las acciones permanentes o variables o efectos de las acciones permanentes o variables que soliciten al elemento de contención.

El valor de cálculo de los empujes de tierras se evaluará tomando en consideración el estado inicial de tensiones, la resistencia y deformabilidad del suelo y la deformabilidad de los elementos estructurales.

Deberá comprobarse que los desplazamientos estimados no superan a los desplazamientos admisibles.

Los desplazamientos admisibles de las estructuras o servicios próximos ajenos a la obra, deben definirse en función de sus características y estado, debiendo preverse en el proyecto las medidas a adoptar en caso de que estos valores sean superados.

Deberá efectuarse una estimación conservadora de las deformaciones y desplazamientos de los elementos de contención y de su efecto en estructuras y servicios próximos, basada en la experiencia de construcciones similares de la zona, si los cálculos iniciales indican que no se cumple la condición anterior.

Debe analizarse si las acciones variables, tales como las vibraciones provocadas por el proceso de ejecución o las cargas de tráfico, pueden afectar a los movimientos del elemento de contención o a estructuras o servicios próximos.

Deberá efectuarse un estudio más detallado, incluyendo cálculos de movimientos, en los siguientes casos:

a) cuando existan obras o servicios próximos especialmente sensibles a los movimientos;
b) cuando no exista experiencia en obras similares.

Estos cálculos deben tomar en consideración el proceso de ejecución de la obra.

La caracterización de los materiales en los cálculos tensodeformacionales debe ajustarse a partir de experiencias comparables con el mismo modelo de cálculo. La deformabilidad adoptada para los materiales debe evaluarse tomando en consideración su nivel de deformación.

Estados Límite Últimos de los Elementos de Contención.


En los elementos de contención deben considerarse al menos los siguientes estados límite:

a) estabilidad;
b) capacidad estructural;
c) fallo combinado del terreno y del elemento estructural.

El cálculo de los estados límite últimos debe comprobar que se alcanzan las condiciones de estabilidad y resistencia (ver expresiones siguientes), utilizando el valor de cálculo de las acciones o del efecto de las acciones y las resistencias de cálculo, con los coeficientes de seguridad parciales definidos en la tabla 2.3.

Verificación de estabilidad

Ed,dst ≤ Ed,stb

Siendo

Ed,dst: el valor de cálculo del efecto de las acciones desestabilizadoras.
Ed,stb: el valor de cálculo del efecto de las acciones estabilizadoras.

Verificación de resistencia

Ed ≤ Rd

Siendo

Ed el valor de cálculo del efecto de las acciones;
Rd el valor de cálculo de la resistencia del terreno.


En suelos con un porcentaje de finos superior al 35%, deben efectuarse los estudios en condiciones no drenadas y drenadas.

En suelos con un porcentaje de finos superior al 35%, deben efectuarse los estudios en condiciones no drenadas y drenadas.

Análisis y Dimensionado y Método del Estado Limite.


Las comprobaciones necesarias para verificar que una estructura de contención cumple los requisitos necesarios se basarán en el método de los estados límite.

Empujes del Terreno debidos a Sobrecargas.


Cuando la magnitud de las sobrecargas es reducida en comparación con el empuje total sobre el elemento de contención (sobrecarga inferior al 30% del empuje total), la obtención de los empujes debidos a éstas puede efectuarse mediante la Teoría de la Elasticidad. Se admite la validez del principio de superposición. Si el elemento de contención se considera fijo, la tensión horizontal determinada por procedimientos elásticos debe duplicarse.

En casos de sobrecargas moderadas, habituales de edificación, como simplificación se podrán adoptar los criterios de la Figura 2.8 superponiendo los empujes debidos al terreno y los debidos a la sobrecarga.

Figura 2.8 Criterios Simplificados para Diagramas de Empujes Debidos a Sobrecargas.

Pantallas - Criterios Basicos.


En el caso de existir obras o edificaciones en las proximidades de los límites de la excavación que pudieran verse afectadas por la apertura de ésta, o que pudiesen implicar cargas sobre las pantallas o muros, se obtendrán los datos sobre el tipo de estructura, naturaleza de la cimentación, niveles de cimentación, cargas transmitidas al terreno, distancias a los bordes de la excavación, estado de la edificación, etc., suficientes para poder analizar los posibles efectos que la ejecución de la pantalla o la apertura de la excavación puedan producir sobre dichas edificaciones o viceversa. Se prestará una atención especial a las medianerías.

En este caso la flexibilidad de la pantalla puede ser un factor de la mayor importancia.

Las estructuras de edificación son, por lo general, tan sensibles, o más a los movimientos diferenciales en sentido horizontal de los cimientos, que a los asientos diferenciales. Se tratará de impedir o minimizar ambos, para lo cual se deben elegir tipos de pantallas relativamente rígidas y, sobre todo, no dejar grandes alturas en voladizo, que salvo justificación en contra, deben ser inferiores a 5m. Se debe disponer elementos de sujeción en cabeza de la pantalla que sean muy poco susceptibles de alargamiento o deformación.

La necesidad de disponer elementos de sujeción vendrá determinada por la estabilidad general de la excavación, la estabilidad propia de la pantalla, la magnitud de sus esfuerzos, y la presencia de otras edificaciones en sus proximidades.

En general, será conveniente disponer elementos de sujeción cuando la profundidad de la excavación sea superior a los 3 ó 4 m (caso de más de un sótano), y en ocasiones por razón de la estabilidad de las estructuras vecinas.

La elección del tipo de sujeción, si se precisa, depende, fundamentalmente, de consideraciones económicas, de las posibilidades de emplear uno u otro y su influencia en la ejecución de la excavación o de la edificación. 

Los procedimientos de sujeción más usuales son:

a) apuntalamiento al fondo de la excavación;
b) apuntalamiento recíproco contra otras pantallas que limitan la misma excavación;
c) apuntalamiento contra los forjados del propio edificio;
d) anclajes al terreno;
e) anclajes a otras estructuras de contención paralelas, como pantallas, muros, etc.

Si existiera la posibilidad de inestabilidad general de la pantalla o de la excavación, por deslizamiento a lo largo de una superficie profunda, la investigación sobre los tipos de terrenos y su disposición estratigráfica debe ser tan amplia como sea necesario, para caracterizar el problema.

Si la excavación ha de realizarse por debajo del nivel freático, el conocimiento del terreno en profundidad habrá de ser tal que permita el estudio de la red de filtración, con el grado de precisión suficiente para determinar la seguridad frente al sifonamiento y la estimación de caudales.

En el caso de que parte de la excavación haya de realizarse en terrenos saturados, se determinará la situación exacta del nivel freático o de los niveles piezométricos en los distintos estratos atravesados y su evolución en el tiempo, bien sea por variaciones naturales o por el efecto que pueda producir la propia excavación u otras obras que se ejecuten en las proximidades.

Para poder establecer la posibilidad de ejecución de una pantalla será preciso asegurarse previamente de que no existen en el terreno obstáculos que hayan de ser atravesados por ella, tales como: alcantarillas, colectores, galerías de servicio, conducciones eléctricas, telefónicas o de distribución de gas, pozos, antiguas cimentaciones, etc. Caso de existir alguno de dichos obstáculos se definirá su localización exacta, a fin de tomar las medidas oportunas en el proyecto o durante la ejecución por el Director de Obra.

Si la excavación ha de realizarse en parte por debajo del nivel freático, quedarán descartados aquellos tipos de pantalla que no garanticen un adecuado grado de estanqueidad.

Las vibraciones producidas por la hinca de tablestacas, sobre todo en terrenos sin cohesión, pueden afectar gravemente a las obras próximas, bien porque éstas sean muy susceptibles a las vibraciones, bien porque se compacte el terreno y se produzcan asientos.

Se ha de tener en cuenta igualmente las vibraciones originadas por la caída libre de los útiles de apertura de zanjas para la ejecución de pantallas continuas, especialmente cuando se trabaje sin lodos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Empujes del Terreno Debidos al Agua.


En relación con los empujes debidos al agua se considerarán dos casos principales:

a) estado hidrostático;
b) agua en circulación.

Salvo justificación en contra los cálculos se efectuarán por el método de las presiones efectivas. En el caso que exista una capa freática en reposo en el trasdós del elemento de contención, se considerará el empuje debido al terreno sumergido, total o parcialmente, y el empuje hidrostático del agua.

En la Figura 2.7 se ilustran los diagramas de presiones del terreno, Ps, y del agua, Pw, correspondientes a diversos ejemplos, con superficie del terreno horizontal.

Figura 2.7 Empujes con Agua en traslados y superficie de Terreno Horizontal.

En caso de existir agua en circulación, debe determinarse la red de corriente o filtración correspondiente a las condiciones de contorno, en el elemento de contención y en el terreno. Para ello se pueden utilizar métodos analíticos, gráficos o analógicos.

En estos casos las presiones sobre el elemento de contención se deducirán de la red de corriente, al igual que las presiones de agua que actúen sobre las cuñas deslizantes a tantear para obtener la superficie de deslizamiento crítica.

Para la determinación de la red de corriente se hará una estimación cuidadosa de la permeabilidad,introduciendo las correcciones oportunas por anisotropía, estratificación, etc.

De acuerdo con las condiciones del emplazamiento del elemento de contención, se estudiarán los siguientes casos:

a) filtración hacia el sistema de drenaje de la capa freática existente en el terreno;
b) infiltración vertical del agua de lluvia.

Cuando al nivel de la base del elemento de contención no exista un estrato impermeable y sea posible la filtración bajo el elemento de contención, debe calcularse la fuerza de subpresión correspondiente a partir de la red de filtración.

Empujes del Terreno sobre el Elemento de Contención.


Para calcular los empujes del terreno sobre un elemento de contención o viceversa puede suponerse la siguiente ley de empujes unitarios:



Siendo

σh: tensión horizontal total a la profundidad considerada
K: el coeficiente de empuje correspondiente
σz’: la tensión efectiva vertical a la profundidad considerada
uz: la presión intersticial a la profundidad considerada.

Si existe una sobrecarga uniforme q sobre el terreno, ésta se puede sustituir por una altura de tierras equivalente He: 


Siendo

γ: el peso especifico aparente de las tierras.

En este caso los empujes unitarios sobre el muro se incrementarán, en toda la altura, en:



Si el terreno de trasdós está estratificado, cada estrato puede transformarse en una sobrecarga para el subyacente, deduciéndose la ley de empujes en forma acumulativa.


Si el trasdós del elemento de contención es quebrado, la ley de empujes se obtendrá aplicando para cada tramo el coeficiente (K) correspondiente a su inclinación.

Cuando la superficie del terreno sea irregular, el empuje resultante sobre el elemento de contención se determinará tanteando diversas superficies de rotura.

En el planteamiento de un elemento de contención deben tenerse en cuenta, tanto los condicionantes geotécnicos como los relacionados con su funcionalidad, que entre otros serían:

a) geometría y deformabilidad del elemento de contención;
b) características geotécnicas e historia tensional del suelo retenido;
c) compactación requerida, en su caso, para el relleno;
d) terreno de cimentación;
e) movimientos admisibles en la cabeza y el pie del elemento, así como en el terreno situado en el entorno;
f) situación del nivel freático y afección del elemento de contención y del sistema de drenaje al nivel freático del entorno;
g) espacio disponible para la construcción;
h) uso y durabilidad.

En la valoración de los parámetros de cálculo y la evaluación de los empujes sobre los elementos de contención deben considerarse los siguientes puntos:

a) Al valorar los empujes debe tenerse en cuenta la estabilidad en el tiempo de los materiales existentes en el trasdós. En este sentido, los materiales deficientemente compactados o los ciclos de humedad-sequedad debidos a un sistema de drenaje inadecuado, pueden provocar una evolución en el tiempo del estado tensional y unas deformaciones diferidas que probablemente no puedan ser seguidas por el elemento de contención, lo que daría lugar a empujes superiores a los correspondientes al estado activo.

b) En la Figura 2.5 se recoge un esquema de relación entre empuje del terreno y los movimientos necesarios para su desarrollo. Es importante resaltar los importantes movimientos necesarios para que se desarrolle el empuje pasivo.

Figura 2.5 Relación entre Empuje del Terreno y los Movimientos necesarios para su desarrollo.

c) En la tabla 2.2 se recoge una estimación de los valores de rotación de la pantalla necesarios para desarrollar las condiciones de rotura para distintos tipos de terreno:


d) El valor considerado para el empuje de tierras en el análisis de estados límite últimos será, en general, diferente al valor a considerar en el análisis de estados límite de servicio en los que no se considera la rotura del terreno.

e) La construcción de elementos de contención en las proximidades de edificaciones requiere limitar los movimientos asociados a éstos. Al limitar los movimientos horizontales de los elementos de contención, debe considerarse un incremento en los empujes del terreno debido a que no se permite que éste desarrolle completamente su capacidad resistente.

f) Se evitará el empleo de suelos arcillosos o limosos en el relleno de trasdós de elementos de contención. En caso de que sea necesario su empleo, debe considerarse en el cálculo un coeficiente de empuje no inferior a 1.

g) La compactación del material del trasdós del elemento de contención debe hacerse con precaución, empleando medios ligeros. Una compactación intensa del terreno existente en la cuña activa podría provocar un incremento sustancial del empuje.
Cuando se empleen equipos ligeros para obtener densidades de hasta el 95% de la máxima Proctor Normal, pueden emplearse los criterios definidos en este capítulo para la determinación de los empujes. Cuando se empleen equipos pesados o se consideren densidades de compactación superiores al 95% de la máxima Proctor Normal, el cálculo del elemento de contención debe efectuarse empleando un empuje no inferior al empuje al reposo.

h) Si el terreno a contener se encuentra confinado entre dos elementos sensiblemente paralelos, el empuje de cada elemento podrá reducirse considerado el efecto silo a partir del rozamiento paramento-material de relleno y la geometría y rigidez lateral de los elementos de contención.

i) En elementos de contención en los que el relleno de trasdós se efectúa con los forjados ya construidos, los movimientos pueden ser tan pequeños que no permitan alcanzar las condiciones de empuje activo. En esas condiciones puede considerarse la distribución de empujes correspondiente al empuje al reposo o bien considerar la distribución de empujes definida para estructuras de contención apuntaladas en la Figura 2.6.

j) En caso de considerar la cohesión en los cálculos de empujes sobre los elementos de contención, su valor característico debe definirse de forma específica para este tipo de estudio, considerando la dispersión y fiabilidad de la información disponible, su estabilidad en el tiempo, la posible presencia de fisuras en el terreno y la sensibilidad del estudio a dicho valor.

k) Para obras de carácter permanente el comportamiento a largo plazo de los elementos de contención debe estudiarse en tensiones efectivas. Para obras de carácter provisional en suelos arcillosos, el cálculo puede hacerse a partir de la resistencia al corte no drenada.

l) Para la valoración de empujes estabilizadores en el intradós del elemento de contención, es importante garantizar la permanencia y estabilidad en el tiempo de los materiales considerados, así como el movimiento necesario para desarrollar el estado tensional previsto. En este sentido debe preverse la posibilidad de la ejecución de excavaciones futuras junto al pie del elemento de contención para el tendido de servicios o futuros vaciados.

m) Igualmente, deben considerarse los importantes movimientos necesarios para el desarrollo del empuje pasivo, en general incompatibles con las condiciones de seguridad y funcionalidad del elemento de contención.

En el análisis de estados límite últimos por métodos de equilibrio límite se considerarán los siguientes criterios:

a) Se considerará el empuje activo en el trasdós salvo para aquellos casos en los que, debido a la rigidez del elemento de contención, las restricciones impuestas a su deformación (anclajes, apuntalamientos, forjados u otros), o por el proceso de puesta en obra del relleno o sensibilidad a las deformaciones de edificaciones o servicios situados en las proximidades de la coronación del elemento de contención, no se puedan producir los movimientos mínimos necesarios para movilizarlo.

b) Si existen cimentaciones de edificios  o servicios sensibles a los movimientos, situados a poca profundidad, a una distancia de la coronación del elemento de contención inferior a la mitad de su altura, se considerará el empuje en reposo, K0 en el dimensionado del elemento de contención por procedimientos de equilibrio límite. Si la distancia está comprendida entre la mitad de la altura y la altura del elemento de contención, debe considerarse al menos un coeficiente  K=(K0 + KA)/2. Estos valores podrán modificarse si se efectúa un estudio de detalle para el cálculo de los movimientos.

c) En cualquier caso, la presión de tierras considerada sobre el elemento de contención no será inferior a 0,25 veces la tensión efectiva vertical.

d) El empuje pasivo estará afectado por un coeficiente de seguridad γE no superior a 0,6.

e) Para el cálculo de elementos de contención apuntalados en arena por métodos de equilibrio límite, se utilizará el diagrama rectangular semiempírico de la Figura 2.6a. A estos empujes deben añadirse los debidos a las presiones intersticiales.

Para profundidades superiores a 12 m debe comprobarse que dicho diagrama es aplicable.

Figura 2.6 Diagramas de envolventes de empujes aparentes para elementos de contención apuntalados.

f) Para elementos de contención apuntalados en arcillas saturadas blandas a medias (resistencia al corte no drenado inferior a 0,05 MPa) por métodos de equilibrio límite, se utilizará el diagrama de la Figura 2.6b. Este diagrama corresponde a tensiones totales, pero debe comprobarse que en ningún punto la tensión total sea inferior a la presión intersticial. Si bajo el fondo de la excavación existe un espesor importante de arcillas de consistencia blanda a media puede considerarse m = 0,4. Si existe una capa más resistente en el entorno del fondo de la excavación, puede utilizarse m=1 0.

g) Para elementos de contención apuntalados en arcillas fisuradas firmes a duras (resistencia al corte nodrenado superior a 0,05 MPa) por métodos de equilibrio límite, se utilizará el diagrama rectangular de la Figura 2.6c. En condiciones normales se considerarán valores de n comprendidos entre 0,2 y 0,4 en función
del tipo de arcilla, su grado de fracturación o fisuración, la posible evolución de su resistencia con el tiempo, la rigidez de los elementos de arriostramiento y el periodo de tiempo previsto para la entibación. Los empujes están definidos en relación con la tensión vertical total, σ(Z=H), pero el método no está planteado en tensiones totales. Si existe el riesgo de que las fisuras de la arcilla estén rellenas de agua, debe considerarse adicionalmente el empuje del agua intersticial.

Los análisis de estados límite que consideren la interacción terreno-estructura se efectuarán, salvo justificación en contra, considerando el empuje al reposo en la situación inicial, previa al comienzo de la excavación.

Siempre que sea posible debe evitarse el empleo de rellenos cohesivos en el trasdós de elementos de contención.

En relación con las acciones sísmicas se tendrán en cuenta la Norma de Construcción Sismorresistente NCSE vigente, de acuerdo con la sismicidad de cada zona.

Cálculo del Coeficiente de Empuje en Reposo K0.


Es difícil su determinación por depender de los esfuerzos tectónicos a los que haya estado sometido el terreno en su historia geológica, del grado de consolidación y de la compacidad alcanzada por el terreno natural o artificialmente. A falta de una valoración basada en la experiencia local, ensayos “in situ”, información geológica u otras, puede estimarse con los siguientes criterios:

a) Para una superficie de terreno horizontal, el coeficiente K0 de empuje en reposo, que expresa la relación entre las tensiones efectivas horizontal y vertical (esto es, el peso de las tierras), se puede determinar mediante:


Siendo

φ’: el ángulo de rozamiento interno efectivo del terreno
Roc: la razón de sobreconsolidación definida como el cociente entre la presión efectiva de sobreconsolidación y la presión efectiva actual. La presión de sobreconsolidación es la máxima presión efectiva que ha soportado un suelo a lo largo de su historia geológica.

La fórmula no se debería utilizar para valores extremadamente altos de Roc, superiores a 25-30.

b) Si el terreno se eleva a partir del muro con un ángulo i  ≤  φ’ con respecto a la horizontal, la componente horizontal del empuje de tierras efectivo σ’ho se puede relacionar con la tensión efectiva debida al peso por la relación Koi que es igual a: 


La dirección del empuje de tierras se puede suponer, entonces, paralela a la superficie del terreno.

Cálculo de los Coeficientes de Empuje Activo (KA) y Pasivo (KP).


El empuje activo Pa se define como la resultante de los empujes unitarios, ­’a, que puede determinarse mediante las siguientes fórmulas: 



Siendo

σv’: la tensión efectiva vertical, de valor γ’·z, siendo γ’ el peso específico efectivo del
terreno y z la altura del punto considerado respecto a la rasante del terreno en
su acometida al muro;
σ’ah: la componente horizontal del empuje unitario activo
φ’ y c’: el ángulo de rozamiento interno y la cohesión del terreno o relleno del trasdós;
β, i: los ángulos indicados en la Figura 2.3;
δ: el ángulo de rozamiento entre el muro y el terreno o relleno.


Figura 2.3 Empuje Activo.


En un terreno granular, homogéneo, el empuje activo, Pa, sobre un paramento vertical,
debido exclusivamente al terreno, será igual a: 


Siendo

γ’: el peso específico efectivo (aparente o sumergido) del terreno

En el caso de muro vertical, y terreno horizontal si δ=0, el valor de KA es el siguiente: 


El empuje pasivo PP se define como la resultante de los empujes unitarios σ’p, que pueden determinarse mediante las siguientes fórmulas:


siendo

σv’: la tensión efectiva vertical, de valor γ’·z, siendo γ’ el peso específico efectivo deterreno y z la altura del punto considerado respecto a la rasante del terreno e su acometida al muro;
σ’ph: la componente horizontal del empuje unitario pasivo
φ’ y c’: el ángulo de rozamiento interno y la cohesión del terreno
β, i, δ: los ángulos indicados en la Figura 2.4.

Figura 2.4 Empuje pasivo.

En un terreno granular homogéneo, el empuje pasivo, Pp, sobre un paramento vertical, debido exclusivamente al terreno, será igual a:


En el caso de muro vertical, y terreno horizontal si  δ=0, el valor del coeficiente de empuje pasivo es:


El rozamiento entre el terreno y el muro influye sobre la magnitud del movimiento necesario para la movilización total de los empujes por lo que, salvo una justificación especial, se tendrán en cuenta las estimaciones siguientes del ángulo de rozamiento δ entre el terreno y el muro: 


El valor de φ’ empleado en la evaluación de δ no debe superar el ángulo de rozamientointerno crítico del suelo.

El ángulo  δ puede ser positivo o negativo según el movimiento relativo del rellenorespecto del elemento de contención. Usualmente δ ≥ 0 (componente de rozamientohacia abajo); pero pueden existir combinaciones de fuerzas que alteren el signo de δ,por lo que en estos casos especiales deben comprobarse las hipótesis adoptadas sobre la dirección de la fuerza de rozamiento.

En pantallas de pilotes se calculará el empuje activo sobre la superficie total de la pantalla.

En pantallas de pilotes con separación entre ejes inferior a 3 veces su diámetro, se considerará el empuje pasivo sobre la superficie total de la pantalla de pilotes como si se tratara de una pantalla continua.

Para separaciones entre ejes de pilotes superiores a 3 veces el diámetro del pilote, el empuje pasivo se calculará sobre la superficie proyectada de cada pilote. Para profundidades superiores a 1,5 veces el diámetro del pilote se considerarán valores del empuje pasivo sobre dicha superficie, triples a los definidos anteriormente.

Datos Geométricos de los Elementos de Contención.


La confirmación geométrica de cálculo debe tomar en consideración las variaciones futuras previsibles del nivel del terreno, especialmente en coronación o en el pie del elemento de contención.

En cálculos de estados límite últimos en los que la estabilidad del elemento de contención dependa de la resistencia del terreno frente al mismo, la cota del suelo estabilizante debe reducirse del valor nominal en un valor a, que se definirá tomando en consideración el grado de control existente sobre la permanencia de dicho material.

En general y salvo justificación, se considerarán los siguientes valores de a:

a) pantallas: se considerará un valor de a igual al 10% de la altura de la pantalla
sobre el fondo de excavación, con un máximo de 0,5m;

b) muros: se considerará un valor de a igual al 10% de la distancia entre el plano
de apoyo y el fondo de excavación, con un máximo de 0,5m.

Podrán emplearse valores inferiores de a, o incluso 0, cuando pueda garantizarse la permanencia en el tiempo del terreno. Por el contrario, deben emplearse valores superiores de a si la geometría del terreno en el fondo de la excavación es especialmente dudosa.

viernes, 4 de marzo de 2011

Acciones a Considerar y Datos Geométricos para los Elementos de Contención.


En la definición de las acciones deben considerarse las sobrecargas debidas a la presencia de edificaciones próximas, posibles acopios de materiales, vehículos, etc.

Las fuerzas de los puntales y anclajes se considerarán como acciones.

El valor de cálculo de la densidad del material de relleno debe definirse a partir de las características del material previsto en el estudio de materiales, o su caso en el estudio geotécnico (véase tablas D.26 y D.27). Deberán especificarse los controles a realizar en fase de obra para comprobar que los valores reales cumplen las hipótesis del proyecto.


La presencia de cargas repetitivas o dinámicas significativas requerirá un estudio especial para evaluar su influencia sobre la estructura de contención.

La densidad del agua freática se evaluará considerando la posible presencia de sales o elementos contaminantes.

En el cálculo de elementos de contención, sobre todo en los provisionales, se tendrán en cuenta las posibles variaciones espaciales y temporales de la temperatura. Esto puede ser de especial importancia por su repercusión en la tensión de los codales.

El cálculo de un elemento de contención constituye un proceso iterativo en el que, partiendo de su dimensionado previo, se comprueba si la seguridad para resistir las diversas acciones es suficiente, modificando el diseño en caso contrario.

Las acciones principales a considerar son:

a) el peso propio del elemento de contención, de acuerdo con el material previsto para su ejecución;
b) el empuje y peso del terreno circundante, teniendo en cuenta la posición del nivel freático;
c) los empujes debidos al agua, bien en forma de presión intersticial, subpresión o presión de filtración;
d) las sobrecargas sobre la estructura de contención o sobre el terreno de trasdós;
e) los efectos sísmicos, cuando sea necesaria su previsión por la zona de emplazamiento de la estructura de contención;
f) excepcionalmente, los empujes de  terrenos expansivos, los debidos a la congelación del agua en el suelo, los inducidos por la compactación del relleno o las incidencias constructivas previsibles.

El cálculo de empujes para el análisis de estados límite últimos se basa generalmente en la hipótesis de que existe suficiente rotación o traslación del elemento de contención para llegar a un estado de rotura. Esto se debe tener en cuenta en los casos en los que existan construcciones o servicios en su entorno. 

Los estados de empuje dependen del desplazamiento del terreno y son los siguientes:

a)  empuje activo: cuando el elemento de contención gira o se desplaza hacia el exterior bajo las presiones del relleno o la deformación de su cimentación hasta alcanzar unas condiciones de empuje mínimo;

b)  empuje pasivo: cuando el elemento de contención es comprimido contra el terreno por las cargas transmitidas por una estructura u otro efecto similar hasta alcanzar unas condiciones de máximo empuje;

c)  empuje en reposo: cuando se produce un estado intermedio que es el correspondiente al estado tensional inicial en el terreno.

Elementos de Contención de Tierras: Muros.


Los muros se definen como elementos de contención destinados a establecer y mantener una diferencia de niveles en el terreno con una pendiente de transición superior a lo que permitiría la resistencia del mismo, transmitiendo a su base y resistiendo con deformaciones admisibles los correspondientes empujes laterales. 

En el caso de muros de sótano, éstos se utilizan para independizar una construcción enterrada del terreno circundante.

Por los materiales empleados, los muros generalmente son de hormigón en masa o armado, mampostería o fábrica.

Por su concepto estructural se distinguen, entre otros, los muros de gravedad, de gravedad aligerados, de contrafuertes, en L o en ménsula, de sótano y los realizados por bataches a medida que se ejecuta la excavación. (véase Figura 2.1).

Figura 2.1 Tipos de Muros.

Los muros de gravedad son elementos de contención cuyas dimensiones son suficientemente grandes como para equilibrar los empujes únicamente por su peso, sin que se produzcan tracciones en la fábrica u hormigón o siendo éstas despreciables. Estos muros en general no precisan armadura y son los más resistentes a los agentes destructivos. Sus formas son muy variadas, y para el enlace de las partes construidas sucesivamente suelen dejarse retallos o llaves.

En el caso de muros de gravedad aligerados, al reducirse el espesor del alzado del muro, las pequeñas tracciones correspondientes se absorben con una ligera armadura. El pie ha de sobresalir en ménsula para mantener el ancho de base necesario, por lo que es necesario también la colocación de armadura en la base de la zapata. En algunos casos, el muro se aligera recortando su trasdós en la zona donde las presiones transmitidas al terreno son menores.

En el caso de disponer una o varias placas en ménsula en el trasdós del muro, al aliviar los empujes por efecto "sombra", permite una menor sección de muro.

En los muros en L o en ménsula, la base del muro esta constituida por una losa o zapata sobre la que se levanta el alzado, que suele ser de espesor reducido, absorbiéndose las flexiones de la ménsula mediante armadura sencilla o doble. Para mejorar la resistencia al deslizamiento, estos muros pueden llevar zarpas centrales o en el talón posterior y si los esfuerzos son importantes el empotramiento en la zapata podrá reforzarse mediante cartabones.

Los muros de contrafuertes son una variante de los anteriores en los que el ancho del muro se refuerza a determinados intervalos para reducir las flexiones del muro y conseguir además una orientación más favorable de los empujes. Las placas frontales pueden ser planas o abovedadas, de directriz circular preferentemente. Si es necesario, pueden llevar zarpas en el talón de la placa de base.

Los muros realizados por bataches, a medida que se ejecuta la excavación generalmente están constituidos por placas, de hormigón armado, de unos 3 x 3 m., y espesor, entre 40 y 80 mm., hormigonadas contra el terreno, cada una de las cuales se ancla al terreno una vez endurecido el hormigón. Los bataches se ejecutan a medida que se efectúa la excavación, sin iniciar la apertura de un batache en tanto que la placa superior no se encuentre anclada y se solaparán para dar continuidad a las armaduras, tanto en sentido horizontal como en sentido vertical, formando módulos en general con al menos 3 anclajes. Salvo justificación en contra, este procedimiento se utilizará únicamente en excavaciones sobre el nivel freático. Estos muros no se empotran en el terreno por debajo del nivel de excavación por lo que su estabilidad se logrará exclusivamente por medio de los anclajes.

Los muros de sótano generalmente tienen forma de cajones cerrados y están sometidos al empuje del terreno y, en su situación definitiva, a las cargas procedentes de forjados, y en ocasiones a las de soportes o muros de carga que nacen de su cúspide. Los forjados actúan como elementos de arriostramiento transversal.

MURO DE SOTANO
Figura 2.2  Muro de Sótano.

Pantallas de Tablestacas.


Se consideran como tales las alineaciones de paneles prefabricados o tablestacas, que se hincan en el terreno a golpes o por vibración para constituir, debidamente enlazadas, pantallas resistentes o de impermeabilización, que sirvan de protección para la ejecución de otras obras.
Los tipos de tablestacas más habituales son:

a) tablestacas de hormigón armado o pretensado;
b) tablestacas de acero. Éstas a causa de su menor sección se hincan más fácilmente que las tablestacas de hormigón armado, originando menores vibraciones en el terreno.

Pantallas de Pilotes.


Comúnmente las pantallas de pilotes se efectúan mediante pilotes perforados, aunque en determinadas ocasiones podrían ejecutarse con pilotes prefabricados hincados.

Si no hay necesidad de que la pantalla sea estanca, los pilotes podrán disponerse con una cierta separación entre ellos, con separaciones entre ejes inferiores al doble del diámetro de los pilotes, salvo justificación en contra.

En la estabilidad del terreno entre pilotes separados se podrá tener en cuenta el efecto de arco. Laseparación entre pilotes se determinará en función de la naturaleza del terreno, de los esfuerzos a resistir y de la capacidad de flexión de los pilotes.

Cuando la excavación haya de permanecer abierta mucho tiempo, y sobre todo, si el terreno es meteorizable y pierde rápidamente sus características resistentes en contacto con el aire, debe protegerse la banda de terreno que queda vista entre pilotes por medio de hormigón proyectado.

Cuando haya que excavar bajo el nivel freático será necesario que los pilotes sean secantes entre sí, por lo que la pantalla deberá efectuarse mediante pilotes perforados o aplicar otras técnicas de tratamiento del terreno entre pilotes.

Pantallas Continuas de Hormigón.


Generalmente consisten en la excavación de una zanja, cuyo espesor varía normalmente entre 0,4 y 1,50 m, por paños o módulos de un ancho que oscila generalmente entre un valor mínimo correspondiente a la apertura de la cuchara y un valor máximo en función de la estabilidad del terreno, generalmente de 2,5 a 4,5 m, movimientos y deformaciones admisibles u otras condiciones de la obra.

Un panel puede tener una o varias jaulas de armadura a lo largo de su longitud. En terrenos con cohesión y por encima del nivel freático, las zanjas, de las dimensiones antes indicadas para cada módulo y de la profundidad total de la pantalla, podrán ser estables sin necesitar ningún elemento de contención, debido, en parte, al efecto tridimensional asociado a sus proporciones.

Sin embargo, en general, y especialmente si se trata de suelos sin cohesión, como arenas y limos, bajo el nivel freático, las zanjas no serán estables por sí mismas. La estabilidad sin entibación se conseguirá llenando cada módulo de zanja con lodos tixotrópicos (suspensiones en agua de arcillas tixotrópicas, de muy alta plasticidad, como bentonitas, sepiolitas, etc.).

jueves, 3 de marzo de 2011

Elementos de Contención de Tierras: Pantallas.


Se denomina pantallas a los elementos de contención de tierras que se emplean para realizar excavaciones verticales en aquellos casos en los que el terreno, los edificios u otras estructuras cimentadas en las inmediaciones de la excavación, no serían estables sin sujeción, o bien, se trata de eliminar posibles filtraciones de agua a través de los taludes de la excavación y eliminar o reducir a límites admisibles las posibles filtraciones a través del fondo de la misma, o de asegurar la estabilidad de éste frente a fenómenos de sifonamiento. Se construyen desde la superficie del terreno previamente a la ejecución de la excavación y trabajan fundamentalmente a flexión.


Si la excavación se produce por debajo del nivel freático, habrá que prever una impermeabilización suplementaria al propio hormigón.


La pantalla cumple una labor estructural de contención de tierras, y de impermeabilización del vaso, pero no puede  considerarse un elemento totalmente terminado ni absolutamente impermeable, dadas las características intrínsecas del material y del proceso de ejecución. En cualquier caso será necesario prever un acabado final de su superficie, ya que se hormigona contra el propio terreno. En general, la fase crítica en la vida de la pantalla es la de la ejecución.

Las condiciones esenciales de las pantallas que las diferencian de los muros y las entibaciones, son:

a) se ejecutan previamente a la excavación;
b) en general alcanzan una profundidad bajo el fondo de excavación que no es pequeña en relación con la altura libre de la pantalla;
c) el empotramiento de la pantalla en el terreno por debajo del fondo de la excavación es, en general, indispensable para su estabilidad, constituyendo en ocasiones el único elemento que la proporciona y siendo el peso propio de la pantalla un factor de influencia muy escasa o nula;
d) son estructuras flexibles y resisten los empujes del suelo deformándose.

En la tabla 2.1 se recogen los diversos tipos de pantallas habitualmente empleadas.


Las pantallas pueden requerir en muchos casos sujeción en uno o varios puntos de su altura libre, además del empotramiento en el terreno por debajo del nivel de excavación, bien sea por estabilidad, resistencia o para impedir excesivas deformaciones horizontales o verticales del terreno en el trasdós.

Capacidad Estructural del Pilote.


Se debe comprobar que los valores de cálculo de los efectos de las acciones de la estructura sobre cada pilote (momentos y esfuerzos cortantes) no superan el valor de cálculo de su capacidad resistente.

En ausencia de otras recomendaciones más específicas y en los casos normales, donde las acciones horizontales no sean dominantes, el cálculo de esfuerzos en los pilotes podrá hacerse con el mismo modelo estructural  para el cálculo de movimientos. En este modelo, la cimentación proporciona esfuerzos en la parte exenta (no enterrada) de los pilotes que pueden considerarse suficientemente precisos. En el apartado 2.8 del anejo A se indica un método para el cálculo de los esfuerzos.

El armado de los pilotes se hará de acuerdo con las reglas especificadas en la instrucción EHE.

A efectos del cálculo a flexión de pilotes hormigonados in situ se recomienda considerar una resistencia característica del hormigón igual o inferior a 18 MPa.

Tope Estructural o Carga Nominal del Pilote.


El tope estructural o carga nominal es el valor de cálculo de la capacidad resistente del pilote. Se debe comprobar que, la solicitación axil sobre cada pilote, no supere este tope.

El tope estructural depende de:

a) la sección transversal del pilote;
b) el tipo de material del pilote;
c) el procedimiento de ejecución;
d) el terreno.

Los valores del tope estructural se adoptarán de acuerdo con la siguiente expresión:

Qtope= σ A

Siendo

σ: la tensión del pilote (tabla 5.1)
A: el área de la sección transversal

(1) válidos para hormigón HA-25, para otros hormigones se pueden tomar valores proporcionales. Con un control adecuado de la integridad, los pilotes perforados podrán ser utilizados con topes estructurales un 25% mayores.

fck es la resistencia característica del hormigón
fp es la tensión introducida en el hormigón por el pretensazo
fyk es el límite elástico del acero

Consideraciones Estructurales de una Cimentación.


En el análisis de los estados límite últimos se tendrá en cuenta que las acciones en el pilote pueden llegar a provocar el agotamiento de la capacidad estructural de su sección resistente.

Movimientos Horizontales de la Cimentación.


Los movimientos horizontales deben estudiarse en aquellos casos en los que sanalice el comportamiento de los pilotes frente a esfuerzos horizontales.

Si el movimiento horizontal de la cimentación pilotada resulta ser un aspecto crítico deproblema en estudio, será conveniente hacer pruebas de campo para estimarlos.

Se comprobará que los movimientos horizontales sean inferiores a los límite admisibles para los estados límite de servicio. Se indica un método simplificado para su estimación, distinguiendo entre pilote aislado y efecto grupo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Movimientos de la Cimentación: Asientos.


La limitación de asientos se hará de acuerdo con los asientos admisibles para el tipo de estructura a considerar.

Si el asiento en los pilotes resulta ser un aspecto crítico, será conveniente la realización de pruebas de carga especialmente diseñadas para la determinación de asientos a largo plazo, única manera precisa de conocer la relación carga-asiento.

Para la realización de dicha prueba se recomienda independizar la resistencia de punta de la del fuste del pilote.

En los casos en los que este aspecto no resulte crítico, los asientos se calcularán tanto para el pilote aislado como teniendo en cuenta el efecto grupo, debiéndose cumplir que los valores así estimados deben ser menores que los límites admisibles para los estados límite de servicio.

Se indica un método para la estimación de asientos en pilotes.

Resistencia del Terreno frente a acciones Horizontales


El cálculo de los pilotes frente a esfuerzos horizontales tan sólo debe realizarse en aquellos casos en los que la máxima componente de los empujes horizontales sea superior al 10% de la carga vertical compatible con ella.

En el caso de utilizar pruebas de carga en la estimación de la carga horizontal de rotura, se podrán reducir los coeficientes de seguridad en función de la importancia de las pruebas. El coeficiente de seguridad no será, en cualquier caso, inferior al 70%.

Se indica un método para la estimación de la resistencia del terreno frente a acciones horizontales, válida para pilote aislado.

En el caso de grupo de pilotes, la resistencia frente a esfuerzos horizontales del terreno situado alrededor del grupo se estimará como el menor valor de los dos siguientes:

a) la suma de las resistencias horizontales del terreno alrededor de cada pilote, calculadas individualmente;
b) la resistencia horizontal del terreno correspondiente a un pilote equivalente cuyo diámetro fuese la anchura del grupo y cuya profundidad fuese igual a la profundidad media de los pilotes del grupo.

En los casos en los que este aspecto en el proyecto resulte crítico, se deben utilizar procedimientos de cálculo más detallados o realizar pruebas de carga que permitan una estimación más exacta de la carga de rotura.

Pilotes: Cálculo de la Resistencia al Arrancamiento.


Si el pilote está sometido a tracción, la solicitación no debe superar la capacidad resistente al arrancamiento. Se puede considerar que la resistencia al arrancamiento es igual al 70% de la resistencia por fuste a compresión, establecida en la determinación de la carga de hundimiento.

En los pilotes sometidos a tracción se debe prestar un especial cuidado a los problemas de posible corrosión.

Métodos para Verificar el estado Límite por Hundimiento de un Pilote.


En el caso de pilotes en arcillas y arenas el valor de cálculo de la resistencia del terreno Rcd que permite verificar el estado límite del hundimiento se obtendrá a partir de la expresión siguiente, citada anteriormente, pudiéndose determinar la resistencia Rck del terreno con los métodos indicados en el anejo A.


En el caso de pilotes en roca se puede determinar directamente el valor de Rcd a través de los valores qp,d y τf,d determinados según se indica en el apartado 2 del anejo A.

Cimentaciones: Consideraciones del efecto grupo.


De forma general, para el cálculo de los pilotes, no se considerará el efecto grupo para una separación entre ejes de pilotes igual o mayor a 3 diámetros.


A partir de grupos de 4 pilotes se debe considerar que la proximidad entre los pilotes se traduce en una interacción entre ellos, de tal forma que si el grupo tiene n pilotes, y la carga de hundimiento del pilote aislado es Rck, la carga que produce el hundimiento del grupo, Rckg, en general, no suele ser igual a n·Rck, al tener que aplicar a este valor,
n·Rck, un coeficiente de eficiencia, η, que se define como el cociente: 


Siendo n el número de pilotes.

El coeficiente de eficiencia será de 1, para separaciones entre ejes iguales o superiores a 3 D. Para separaciones de 1 D el coeficiente de eficiencia será 0,7. Para separaciones entre 1 D y 3 D se interpolará linealmente entre 0,7 y 1.


En pilotes hincados en arenas densas o muy densas se podrá adoptar un coeficiente de eficiencia igual a 1. Podrá aumentarse este valor, previa justificación, por la posible compactación que se pueda producir, sin que en ningún caso pueda ser superior a 1,3.

Para determinar el valor de cálculo de la resistencia al hundimiento del grupo, analizado como una única cimentación que engloba los pilotes, debe utilizarse un coeficiente, R.

martes, 1 de marzo de 2011

Cimentaciones: Consideraciones sobre la resistencia por fuste.


Cuando la resistencia unitaria por fuste varíe con la profundidad, para el cálculo de la resistencia total por fuste se debe realizar una integración a lo largo del pilote. En los casos en que la resistencia total por fuste sea constante por tramos y también lo sea la longitud del contorno del pilote en cualquier sección horizontal, la resistencia por fuste se considerará como un sumatorio con un término por cada tramo, esto es:


Siendo 

Af: el área del contacto entre el fuste del pilote y el terreno en cada tramo;
τf: la resistencia unitaria por fuste en cada tramo.

En los pilotes con sección transversal especial, pilotes en H por ejemplo, se tomará como longitud del contorno la correspondiente a la figura geométrica simple (circunferencia, rectángulo o cuadrado) que conduzca a un perímetro menor.

En los pilotes columna sobre roca, no debe contemplarse la resistencia por fuste en los suelos cuya deformabilidad sea claramente mayor que la correspondiente a la zona de la punta.

Ciementaciones: Consideraciones sobre la resistencia por punta


El área de la punta a utilizar en el cálculo será igual al área de la sección transversal del pilote al nivel de la punta (pilotes de extracción) o a la proyección sobre el plano transversal del área del azuche en pilotes hincados. Para pilotes huecos (sección en forma de corona circular), o para perfiles metálicos hincados sin azuche, habrá que calcular el área de la punta equivalente.

El área de la punta que ha de considerarse para el cálculo de los pilotes metálicos en H será, salvo que se justifique otro valor, o se disponga un azuche especial, el menor de los dos valores siguientes:

a) el área del rectángulo circunscrito;
b) vez y media el cuadrado del ala.

En los pilotes huecos hincados, se tomará como área de la punta el total de la superficie encerrada por el contorno externo.

En casos de terreno heterogéneo, se supondrá que la carga de hundimiento por la punta está controlada por un terreno con las características medias de la zona comprendida entre tres diámetros bajo la punta (zona activa inferior) y seis diámetros sobre la punta (zona pasiva superior), aproximadamente.

En las situaciones en las que bajo la punta existan zonas arcillosas de menor resistencia, que reduzcan la resistencia unitaria por punta "qp", dicho valor vendrá limitado por la expresión: 


Siendo

H: la distancia de la punta del pilote al estrato del suelo cohesivo blando inferior;
D: el diámetro real o equivalente (igual área) del pilote;
cu: la resistencia al corte sin drenaje del suelo cohesivo blando.

Si la separación entre pilotes es inferior a la distancia de la punta del pilote al nivel del suelo cohesivo blando inferior debe considerarse el efecto combinado del grupo de pilotes para estimar la carga de hundimiento y el posible asiento de la cimentación.

Criterios Básicos de Carga de Hundimiento en Cimentaciones.


La resistencia característica al hundimiento de un pilote aislado se considerará dividida en dos partes (véase Figura 5.5): resistencia por punta y resistencia por fuste 

Rck= Rpk + Rfk

Siendo

Rck: la resistencia frente a la carga vertical que produce el hundimiento;
Rpk: la parte de la resistencia que se supone soportada por la punta;
Rfk: la parte de la resistencia que se supone soportada por el contacto pilote- terreno en el fuste.

Figura 5.5 Esquema de distribución de la carga de un pilote aislado.


Para estimar ambas componentes de la resistencia se supondrá que son proporcionales a las áreas de contacto respectivas de acuerdo con las expresiones: 


Siendo

qp: la resistencia unitaria por la punt
Ap: el área de la punta
τf: la resistencia unitaria por el fuste
L: la longitud del pilote dentro del terreno
pf: el perímetro de la sección transversal del pilote
z: la profundidad contada desde la parte superior del pilote en contacto con el terreno

Cimentaciones: Carga de Hundimiento.




Cimentaciones: Otras Consideraciones - Efectos que pueden Afectar a la Capacidad Portante o Aptitud de Servicio de la Cimentación.


Aparte de la consideración de los estados límite citados en los apartados precedentes, se tendrán en cuenta otros efectos que pueden afectar a la capacidad portante o aptitud de servicio de la cimentación. Entre los posibles problemas que puedan presentarse se hará una consideración expresa de los siguientes:

a) influencia de la hinca de pilotes prefabricados en estructuras o edificaciones cercanas;
b) ataques del medio ambiente al material del pilote con la consiguiente merma de capacidad. Se debe prestar una atención especial al efecto de la corrosión del acero en las zonas batidas por la carrera de marea o por las oscilaciones del nivel freático;
c) posible expansividad del terreno que pueda  provocar el problema inverso al rozamiento negativo, causando el levantamiento de la cimentación;
d) posible heladicidad del terreno, que pudiera afectar a encepados poco empotrados en el terreno;
e) protección contra la helada en las cabezas de los pilotes recién construidos;
f) posible ataque químico del terreno o de las aguas a los pilotes;
g) posible modificación local del régimen hidrogeológico por conexión de acuíferos ubicados a distinta profundidad que podrían quedar conectados al ejecutar los pilotes;
h) posible contaminación medioambiental por la utilización de lodos o polímeros durante la excavación de pilotes de hormigón “in situ”;
i) estabilidad de los taludes de las excavaciones y plataformas realizadas para construir el pilotaje;
j) desprendimientos sobre la cabeza del pilote recién construido, debidos a la diferencia de cota entre el piloteterminado y la plataforma de trabajo, así como desprendimientos o contaminaciones causadas por la limpieza de la plataforma, especialmente en el caso de pilotes de hélice continua, en los que es necesaria la limpieza de la cabeza para la introducción de la arma- dura;
k) mala limpieza del fondo de las excavaciones de los pilotes perforados;
l) problemas de colapso en suelos que tengan una estructura metaestable;
m) posibles efectos sísmicos y en particular la posible licuefacción del entorno y que pudiera influir al propio pilotaje;
n) posible pérdida de capacidad portante por socavación de pilotajes.