El movimiento del agua puede provocar la ruina de los taludes y de las estructuras que dependen de ellos, bien mediante erosión externa degradando su geometría, bien mediante erosión interna arrastrando materiales y provocando asientos o hundimientos locales.
Ambos procesos pueden ser considerados como causantes de un estado límite último de colapso progresivo, ya que pueden provocar la pérdida de equilibrio del propio talud o de estructuras próximas.
martes, 3 de mayo de 2011
Erosiones: Efectos sobre el Terreno.
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